El camino hacia una cultura de seguridad sostenible

¿Cómo se lleva un programa de concientización sobre seguridad a ser una cultura de seguridad verdaderamente integrada? Primero, debe cambiar su mentalidad, dice John Rodríguez, fundador de Empathic Security Cultures. Rodríguez ha sido un practicante de seguridad durante 40 años y ha perfeccionado y aprendido estas habilidades con el tiempo, estudiando más de 100 empresas.

Ahora, Rodríguez quiere compartir esas lecciones aprendidas, a través de Empatic Security Cultures LLC. Rodríguez ha ocupado posiciones de liderazgo en seguridad en varias organizaciones en el pasado, en General Motors, Levi Strauss & Co., Cardinal Health, Temple-Inland y Kimberly-Clark, estando a cargo de la seguridad física, la violencia en el lugar de trabajo y otras iniciativas de mitigación de riesgos.

Rodriguez dice que hay dos componentes para crear una seguridad física y una cultura de seguridad exitosa dentro de una organización. Una de esas piezas es el componente operativo, que incluye tecnologías, políticas, capacitación y procedimientos. “Esa es la ciencia de la seguridad”, añade.

El otro componente es el arte. “El arte es el aspecto humano de la seguridad”, dice Rodríguez. “Es el enfocarse en lo psicológico, lo filosófico, lo social y cómo influir en las personas en todos los niveles, desde el director ejecutivo hasta los empleados del tercer turno, para que se llegue a un acuerdo de protegerse mutuamente y brindar información para que puedan solucionar cualquier falla de seguridad”.

Los líderes pueden enfocarse en el arte de la seguridad para crear una cultura integrada que se sitúe en la parte más alta de la organización en general. Una cultura integrada no solo ayuda a multiplicar la efectividad de los equipos de seguridad, pero también a alentar a todos los empleados de la empresa a actuar como ojos y oídos del equipo.

Si se crea una cultura de seguridad, basada en confianza y empatía, se puede reducir el agotamiento de los empleados y los que no son de seguridad, y también reducir el estrés y el trauma del trabajo, según Rodríguez.

En otras palabras, la estabilidad psicológica es igual de importante como la seguridad física. Si los lideres pueden proporcionar seguridad psicológica a los empleados en todos los niveles de la organización, la organización será mucho mejor. “Los líderes de seguridad pueden aportar mucho valor a la organización si las personas que trabajan allí se sienten protegidas”, dice Rodriguez.  

Cuando los lideres intentar construir una cultura de seguridad, la educación es muy importante y es aquí donde entra en juego el arte de la seguridad. “Yo no uso el término conciencia de seguridad; prefiero llamarlo solicitudes de seguridad, porque le pedimos a todos en la organización que ayuden a protegerse unos a otros. Es muy complejo y no se puede obligar a la gente a hacerlo. Tienes que construir una cultura de seguridad, generar aceptación y confianza para que todos quieran contribuir a esa cultura”, dice Rodríguez.

Para las organizaciones grandes, nacionales o globales, hay tres niveles de oportunidad para construir esas conexiones:

• Directores Ejecutivos (los ejecutivos que ocupan puestos directivos más altos en la jerarquía de una organización)
• Nivel de unidad de negocio (gestión de emergencias, salud y seguridad, recursos humanos, legal, unidades regionales, etc.)
• Operarios (se considera el nivel operativo más básico dentro la jerarquía de la organización y empresa, la cual está compuesta por los diferentes operarios y profesionales que desempeñan la labor rutinaria)

El lograr el apoyo de los directores ejecutivos y la unidad de negocios es importante para establecer una cultura de seguridad. Pero, es por medio de los operarios donde comienza y termina una conexión sólida. “Esos operarios son los que crean la credibilidad de los programas [en los ojos de otros empleados], su compromiso asegurará una cultura fuerte”, dice Rodríguez.

Establecer una conexión solida requiere que los líderes entiendan qué motiva a las personas y qué es importante para que ellos aprecien la función de seguridad, en lugar de ser una molestia.

La forma más fácil para construir esas conexiones es identificar defensores dentro de la organización — o, aquellos que apoyan a la función de seguridad y están dispuestos a promover positivamente su misión y valores. Estos defensores pueden ayudar a derribar las barreras y crear una sensación de confianza.

Los defensores son muy importantes para crear una cultura integrada, pero las personas que se oponen a la seguridad no deberían de ser ignoradas, dice Rodríguez. “Estas personas piensan que somos policías corporativos que buscamos meterlos en problemas. A estas personas, hay que acercárseles y entender por qué sienten así y pedir que nos den una oportunidad”.

Los líderes de seguridad deben formular y practicar un plan (ya sea formal o informal), que se enfoque en: con quién conectarse; cómo conectarse con ellos; definir elementos del programa, misión y valores que la función de seguridad espera compartir; y verbalizar los objetivos.

Un elemento del plan debe ser la creación de historias diseñadas para comunicar la importancia de la seguridad y conectarse con otros a nivel personal, generando empatía y apoyo. “Conéctese con las personas, cuénteles su historia y esté dispuesto a escucharlas. Es así como surgirán cambios”, dice Rodríguez.

Aunque los pasos para construir una cultura suenan simples, el camino no es fácil y llevará años desarrollarlo. Requerirá paciencia, persistencia y agilidad por parte del líder de seguridad. “Las personas y los negocios siempre están cambiando y hay que tener eso en cuenta y estar preparado para adaptarse”, dice Rodríguez. “No desarrollarás una cultura de seguridad de la noche a la mañana. Toma tiempo”.